jueves, 28 de enero de 2016

Hong Kong, una ciudad de cine

Hong Kong es desde hace décadas objeto de fascinación occidental, una parte de China fusionada con occidente debido a más de 100 años de colonialismo británico del que sigue conservando el idioma, un cierto Estado de derecho, un capitalismo salvaje y varias costumbres más cercanas a las europeas que en otras partes de Asia. Pero Hong Kong también mantiene su esencia, la escritura china tradicional, a diferencia del continente, tradiciones religiosas o festivas y una personalidad diferenciada tanto de China como de su antiguo colonizador. Esa cierta esquizofrenia y crisis de identidad se acentuó en las postrimerías del dominio británico y fue plasmada de las más diferentes maneras cinematográficas, tanto de manera tangencial y alegórica como más directa en determinadas producciones.


A pesar de que no cuenta con el brillo de antaño la ciudad sigue resistiéndose a convertirse en un lugar gris y pugna por mantener su identidad diferenciada tanto en su cine como en otras esferas de la vida, Precisamente Hong Kong es una ciudad de cine, algo que cualquier conocedor de su trayectoria sabe. Un plató cinematográfico global que tiene incluso su guía oficial publicada por el gobierno regional y fácilmente accesible en la que se detallan las administraciones a contactar para obtener un permiso, el precio por hora al grabar en las diferentes localizaciones y más información de interés que recalca la apuesta local por ser referencia cinematográfica continental y mundial. Y es que muchas de sus escenas tienen lugar en localizaciones reales, y no es difícil pasear por Mongkok o Yau Ma Tei, por poner tan solo dos ejemplos, y descubrir que en sus calles se han rodado algunas de las obras maestras que nuestras retinas han podido observar.

 

Una de las atracciones cinematográficas más visitadas por turistas de todo el mundo es la Avenida de las estrellas (Inglés: Avenue of Stars, chino: 星光大道), en honor a las celebridades de la industria del cine hongkonés. En ese lugar encontramos impresionadas las manos y las firmas de muchos de los más importantes actores, directores, artistas y productores de la historia de la ciudad junto a una estatua dedicada al icono cinematográfico hongkonés más internacional, el mítico Bruce Lee. Todo ello con unas vistas espectaculares hacia la isla de Hong Kong, tanto de día como de noche.

 

Y no podía faltar, por supuesto, un templo dedicado al cine como el Hong Kong Film Archive (chino: 香港電影資料館), lugar de referencia para sumergirse en la historia cinematográfica local. Allí se pueden ver en formatos videográficos películas antiguas locales e internacionales y consultar libros y enciclopedias con especial énfasis en el cine de habla china pero sin dejar de lado el cine mundial. La única pega que podemos encontrarle si no sabemos chino es que muchos de estos ejemplares están editados tan solo en esa lengua, incluidos varios de los editados por el propio Hong Kong Film Archive. Otro de los elementos indispensables es su sala de proyección en la que también rige la transversalidad con clásicos, alguno de ellos restaurando por el propio departamento, o cine más moderno agrupados en ciclos que repasan la historia del medio. Se encuentra en San Wai Ho, zona residencial de la isla de Hong Kong, y es fácilmente accesible desde el metro (del mismo nombre) gracias a su perfecta señalización.

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