Acabada ya la primera semana del viaje y esperando a tener tiempo para publicar los mensajes sobre
Río de Janeiro y Foz do Iguaçu, me permito reflexionar sobre estos días vividos en mi primera vuelta al mundo. Desde luego que por haber estado una semana en Brasil ni me considero ni soy un experto en el país ni en las ciudades pero si que puedo permitirme opinar sobre algunas cosas. Para empezar no puedo considerar tan peligrosa Sao Paulo, ni tan siquiera Río de Janeiro, a pesar de haber estado en un barrio como Ipanema, más alejado de las zonas marginales en las que se supone hay peligros mucho más notorios. Si que puedo afirmar con rotundidad que, hoy por hoy, Río no está preparada para albergar los Juegos Olímpicos, el transporte terrestre, buses, es un desastre y un caos y el subterráneo, el metro, tremendamente difícil con diferentes líneas pasando por la misma vía, y al mismo tiempo con muy pocas de ellas (cierto es que hay varias en construcción, pero a tres años vista parece insuficiente). Habrá que ver como llegan a la cita olímpica pero igualar a Pekín y a Londres se antoja peliagudo. En cuanto a la espectacularidad, mientras que Sao Paulo no destaca especialmente, Río tiene el Cristo Redentor, una maravilla espectacular o las playas de Copacabana e Ipanema, está última un lugar en el que contemplar la puesta de sol con una absoluta paz.
Cambiando de tercio, y tras más de un día de viaje, si puedo afirmar con rotundidad que las cataratas de Iguazú son otro mundo. Estar frente a esa fuerza de la naturaleza te hace replantear tu visión de la vida. Una auténtica maravilla de la naturaleza que deja al hombre en su sitio, y que da que pensar sobre la futilidad y la debilidad de las fronteras inventadas por el ser humano. Y ya por último la llegada a Paraguay viene marcada por la imagen del país, pobreza, cierta sensación de peligro por la noche, pero nos quedan dos días para indagar un poco más en la capital, Asunción.
Estas son mis primeras reflexiones generales tras los primeros días de viaje, que ampliaré en sus respectivos posts. Hasta ahora está siendo una etapa de auto aprendizaje, de equivocaciones, de primeros pasos, de reflexiones y de pensamientos menos mundanos. Con alegrías, con esperanzas, con cine, que no se me olvida. Y es que la imagen de Tony Leung frente a las cataratas en Happy Together tiene bastante de esto. Eso y que en unos días me espera el Festival de Cine de Mar del Plata, mi bautismo como acreditado en un Festival de Clase A y en el que espero estar a la altura de las circunstancias.
Hola John, Soy Sara amiga de Xavi i Josep, esperaba poder leer este blog desde el dia en que me dijiste en el Festival de Sitges que ibas a hacer la vuelta al mundo, que por cierto era el dia de mi cumple y me diste mucha envidia jejeje. Me pasaron el enlace este domingo en el Americana y ahora empiezo a leerte. Es interesante poder seguir tus aventuras desde la vida rutinaria jajaja.
ResponderEliminarEl caso es que me he leído lo de las cataratas de Iguazú y estoy de acuerdo contigo, para mi es el fenómeno natural más impactante que he visto, es curioso como te hace sentir tan pequeño. Como tu dices, te hace replantear la visión de la vida y darte cuenta del poder de la naturaleza. Una pasada!
Lo dicho, que sigas bien el viaje y no olvides de ir contándolo en el blog.
Saludos!!!
Sara
Hola, Sara. Ante todo muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarMe acuerdo cuando te lo dije en Sitges aquel día que ya me parece tan lejano, jejeje. Sí, Iguazú es una pasada completamente, y lo más impactante que he visto, y eso que después he visto unas cuantas cosas espectaculares.
Tengo que retomar el blog, pero entre una cosa y otra lo he ido dejando. Imagina que en un mes he cogido 8 aviones y con varios trayectos largos y pesados, además de movidos, jaja.
¡¡¡Saludos y un abrazo grande!!!